Keira Knightley y una escena al borde de la censura

A lo largo de la historia del cine hemos sido testigos de gran cantidad de escenas "subidas de tono", pasando a ser un elemento más de la narrativa en la pantalla. Aunque algunas suelen ser más explícitas que otras, en muchas ocasiones se logra un balance entre lo gráfico y lo que queda librado a la imaginación del espectador.

Una de las escenas que quedó grabada en la retina de muchos fanáticos en la famosa escena de la biblioteca en Expiación, deseo y pecado (Atonement), protagonizada por Keira Knightley y James McAavoy.

El filme fue dirigido por Joe Wright, quien volvió a colaborar con Knightley tras dirigirla en la aclamada adaptación de Orgullo y Prejuicio en 2005. Para esta segunda película en conjunto, el director decidió trabajar sobre una adaptación de la novela homónima de Ian McEwan publicada en 2001.

Expiación, deseo y pecado narra la historia de un crimen y las consecuencias del mismo a lo largo de seis décadas, comenzando en 1930. En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, la familia Tallis viven en una enorme mansión victoriana en la campiña inglesa. En pleno verano, toda la familia aprovecha para reunirse y esperar por el arribo de Leon, el hijo mayor que estudia en Londres. A la espera de los invitados, la acción se centra en Briony (Saoirse Ronan), la pequeña de 13 años cuyas aspiraciones de convertirse en escritora la llevan a ser una joven muy madura para su edad y a fantasear de más. Al mismo tiempo está Cecilia (Knightley), su hermana mayor que tiene un romance secreto con Robbie Turner (McAvoy), un joven que trabaja para los Tallis.

Durante el fin de semana, un horrible suceso tiene lugar en la mansión de los Talli y Briony señala a Robbie como el culpable del hecho. Dicha acusación pondrá en jaque la relación de Cecilia y Robbie y las consecuencias de sus actos cambiará el cursos de sus vidas, incluido la de Briony.

Esta historia de amor tendrá muchos momentos de tensión y dramatismo, pero en la primera parte de la película hay una escena que logra traspasar los límites de la sensualidad de todas formas posible.

Antes de que se desencadenen los terribles sucesos y la historia de los protagonistas se convierta en tragedia, la relación entre Robbie y Cecilia comienza a escalar. Es así que en una escena donde ambos personajes van al encuentro del otro para aclarar sus sentimientos, sin quererlo, la acción se torna física.

La escena se logró a la perfección, no solo por el juego de cámaras que Wright ideó para capturar la situación, sino por la naturaleza del momento. A escondidas, en penumbras y ante el peligro de ser atrapados in fraganti. Y por si fuera poco, Keira Knightley luciendo ese magnífico vestido verde de seda que también pasó a la historia por ser uno de los mejores diseños de vestuario del cine. 

La mismísima Knightley reconoció que fue una de las mejores escenas íntimas que le tocó filmar a lo largo de su carrera. Lo que la hizo tan grandiosa, explicó, fue el hecho de que el director Joe Wright “coreografió la escena en un instante. Fue absolutamente, 'El pie sube allí, la mano sube allí'. Entonces, tanto James [McAvoy] como yo nos sentimos completamente cómodos y no expuestos, y como si pudiéramos lidiar con eso".

La mencionada escena no se guarda nada. Es osada, sin ser explícitamente gráfica, no hay desnudos de por medio y todo está hecho en su justa medida. Con una química y atracción indiscutida entre Knightley y McAvoy, que por momentos traspasa la pantalla. Y una resolución que dejará boquiabierto a más de uno. Sin dudas, las escena de la biblioteca de Expiación, deseo y pecado es una que quedará grabada en la mente del espectador por largo tiempo. 

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