Andrew Scott ya no quiere ser el villano de la historia: "No se me da bien"

Salir de la zona de confort es una buena práctica para entender los límites que uno se autoimpone y hasta donde está uno dispuesto a arriesgarse en pos de determinado fin. En una búsqueda por diversificar su carrera, fue que Andrew Scott saltó al vacío con un desafiante rol que no querría volver a interpretar.

Convocado por Sam Mendes para la que sería la anteúltima cinta de Daniel Craig como James Bond, el irlandés se puso en la piel de Max Denbigh, miembro del gobierno británico y Jefe del Centro de Seguridad Nacional (también conocido por su nombre código C), y uno de los villanos de esta historia.

"Con sinceridad, no es un terreno que me gustaría explorar de nuevo. Ahora me conozco un poco mejor, y creo que me interesa más trabajar las zonas grises. Supongo que en su momento no pensé... que quizá no se me daba tan bien", expresó.

Scott, que saltó a la fama como el sacerdote del que se enamoraba Phoebe Waller-Bridge en Fleabag, está acostumbrado a roles no tan expuestos y con cierta cuota de bondad o con giros humorísticos bien marcados.

Ahora, vuelve a ubicarse en la posición incómoda pero para un drama que le sienta de maravilla y que pone de manifiesto todo su talento. Junto a Paul Mescal y Claire Foy, protagoniza All of us strangers (Todos somos desconocidos), drama basado en una novela de Taichi Yamada.

"Tras un encuentro con su vecino, un guionista se ve arrastrado a la casa de su infancia, donde descubre que sus padres, muertos hace mucho tiempo, viven y parecen tener la misma edad que el día en que murieron", reza la sinopsis oficial de la cinta que llegará a Estados Unidos el 22 de diciembre, en febrero del 2024 a España y aún resta saber la fecha de desembarco en Latinoamérica.

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