Final explicado de Casablanca, el clásico que redefinió el cine romántico para siempre

Final explicado de Casablanca, el clásico que redefinió el cine romántico para siempre

La cinta, estrenada en 1942, introdujo el drama áspero en el cine, eliminando el concepto de "final feliz" que tenían las películas hasta ese entonces. Con un amor trunco y una promesa que jamás se cumplirá, la cinta deja a los amantes desencontrados con una sola certeza: el valor de la amistad.

Delfina Ortega Nodar

Delfina Ortega Nodar

La premisa del cine romántico clásico fue siempre contar finales felices, algo que se respetó a rajatabla hasta 1942, cuando Michael Curtiz golpeó a la audiencia con un cierre con dos amantes alejándose en Casablanca, dando con una de las secuencias más descarnadas y recordadas del cine.

La cinta, que ganó tres premios Oscar, incluyendo Mejor Película; se desarrolla en Marruecos en plena Segunda Guerra Mundial y con la amenaza latente del nazismo sobrevolando todo el Viejo Continente.

"Casablanca" juega con los sentimientos de los espectadores al mostrarles un constante acercamiento en Rick e Ilsa que quedará trunco cuando, al final, el enigmático galán deje a su enamorada partir de Marruecos 
 Crédito: Warner Bros.

"A consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, Casablanca era una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo gente de todas partes: llegar era fácil, pero salir era casi imposible, especialmente si el nombre del fugitivo figuraba en las listas de la Gestapo, que presionaba a la autoridades francesas al mando del corrupto inspector Renault. En este caso, el objetivo de la policía secreta alemana es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo, cuya única esperanza es Rick Blaine, propietario del Rick’s Café y antiguo amante de su mujer, Ilsa Lund. Rick e Ilsa se habían conocido en París, pero la entrada de las tropas alemanas en la capital francesa los separó, marcando a fuego sus destinos", reza la sinopsis del filme.

Protagonizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, Casablanca juega, a lo largo de sus 102 minutos de duración, con los sentimientos de los espectadores al mostrarles un constante acercamiento en Rick e Ilsa que quedará trunco cuando, al final, el enigmático galán deje a su enamorada partir de Marruecos en una de las escenas más desoladores del cine.

Mira la escena final:

"Siempre nos quedará París", es la despedida de ambos en un mundo en el que no había la conectividad que hay hoy en día y no que hablar de las redes sociales como punto de contacto; aquí, es una despedida para siempre por más que duela y pese tanto a los protagonistas como a los espectadores que, a partir de aquí, se acostumbraron a este tipo de cierres (Los puentes de Madison es uno que se le asemeja bastante).

Si bien esta podía ser la secuencia final, el director escogió una frase de Rick Blaine con La Marsellesa sonando de fondo: "Creo que este es el inicio de una bella amistad"; confirmando que, ante el desamor, el mejor antídoto son los amigos.

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