Final de Cónclave explicado: ¿cuál es el secreto que se revela en el desenlace de la película y qué significa?
Edward Berger regresa con Conclave, una película cargada de tensión política y religiosa sobre la elección de un nuevo Papa. Con Ralph Fiennes liderando un elenco de lujo, el filme nos sumerge en un mundo de traiciones, alianzas y secretos que desafían el dogma católico.
Este artículo contiene spoilers de la película Cónclave.
Esta semana llegó a los cines de Latinoamérica Cónclave, el thriller dirigido por Edward Berger (Sin novedad en el frente), basado en la novela homónima de Robert Harris. La cinta nos lleva al corazón de una elección de un nuevo Papa, luego de que el Sumo Pontífice en funciones muere de forma inesperada. Lo que podría haber sido un drama político convencional se transforma en una historia de ambiciones, secretos y un sorprendente desenlace que dejará boquiabiertos a los espectadores.
Cónclave sigue los pasos del Cardenal Lawrence (Ralph Fiennes), el decano del Colegio Cardenalicio, quien debe supervisar el complejo proceso de selección del nuevo líder de la Iglesia Católica. Pero entre maniobras políticas y viejas rencillas, Lawrence se dará cuenta de que elegir un nuevo Papa es más peligroso de lo que parece.
El final de Cónclave explicado

El elenco de candidatos es variado y refleja las tensiones dentro de la Iglesia. Por un lado, está el liberal Cardenal Bellini (Stanley Tucci), quien representa una visión más progresista. En el extremo opuesto se encuentra el Cardenal Tedesco (Sergio Castellitto), un ultraconservador que cree que la Iglesia ha cedido demasiado a las corrientes modernas. En el medio, aparece el astuto Cardenal Tremblay (John Lithgow), cuya verdadera lealtad parece ser solo hacia sí mismo.
Pero la mayor sorpresa llega con el misterioso Cardenal Benitez (Carlos Diehz), un mexicano que fue elevado a su posición en secreto por el difunto Papa. Su aparición desconcierta a los demás cardenales, especialmente cuando comienzan a surgir preguntas sobre su pasado y su estado de salud.
A medida que las votaciones avanzan, los escándalos empiezan a salir a la luz. Adeyemi (Lucian Msamati), uno de los favoritos, queda desacreditado tras revelarse su relación con una monja en su juventud que deriva en un escándalo sexual. Tremblay también cae en desgracia cuando se descubre que intentó comprar votos. Y Tedesco, por su parte, pierde el apoyo de sus aliados luego de un discurso incendiario que llama a una guerra religiosa contra el Islam.

Cuando todo parece indicar que el próximo Papa será una elección entre los menos cuestionables, el Cardenal Benitez toma la palabra. En un discurso que aboga por la inclusión y la unidad, logra convencer a la mayoría de los cardenales de que es el hombre indicado para el puesto. Sin embargo, justo después de ser elegido y de adoptar el nombre de Inocencio, un último secreto sale a la luz.
Hacia el final de la película, Benitez le confiesa a Lawrence que nació con órganos reproductivos femeninos, aunque siempre se ha identificado como hombre. Su elección, que ya era un hito para la historia de la Iglesia, se convierte en un hecho sin precedentes para una institución regida por las normas tradicionales y liderada exclusivamente por hombres. Pero lejos de considerarlo un obstáculo, Benitez lo ve como una fortaleza: "Soy lo que Dios me hizo", le dice a Lawrence, enfatizando su rol como un puente entre las certezas y las dudas.
Una reflexión sobre el cambio y la tradición

El final de Cónclave es inesperado en muchos sentidos. No solo sorprende, sino que plantea grandes interrogantes sobre la naturaleza de la fe, el poder y el progreso dentro de la Iglesia. Aunque la película no toma una posición explícita, deja en el aire la idea de que el cambio es inevitable y que, en ocasiones, las estructuras más antiguas deben adaptarse a nuevas realidades.
Con 8 nominaciones a los Premios Oscar, incluyendo Mejor película, Cónclave se presenta como un thriller que combina el drama político con la intriga religiosa, actuaciones de primer nivel, y una atención al detalle que no deja nada librado al azar.