Archie y Lilibet Diana, rehenes del conflicto entre Meghan Markle y Carlos III

La familia real británica parece no tener respiro. Mientras Harry y Meghan  enfrentan rumores de separación cada vez más fuertes, Carlos III mira con expectativa hacia Estados Unidos, con la esperanza de que su hijo regresa, de una vez por todas, a Reino Unido.

Ante este panorama, Meghan Markle  golpeó a su suegro donde más le duele: en la relación con sus nietos Archie y Lilibet Diana.

Los pequeños no quieren saber nada con su abuelo luego de que su madre les dijera a ambos que el rey es un hombre sombrío y malo, algo que al príncipe Harry le habría dolido y mucho.

Es por eso que el Duque de Sussex habría aceptado la invitación de su padre a un encuentro en privado el próximo 17 de septiembre. El príncipe viajará así Londres para reunirse con el monarca que lo recibirá tras la gira de su hijo menor por Alemania donde presidirá una nueva edición de los Juegos Invictus junto a su esposa, Meghan Markle, quien no participará de la reunión ya que volará directo de Düsseldorf a Los Ángeles.

Esta reunión a puertas cerradas entre padre e hijo es sumamente importante para la Corona ya que sería el acercamiento que la familia necesita en medio de los rumores de separación de los Duques de Sussex.

Para Carlos III, este encuentro es su oportunidad para acercarse nuevamente a su hijo y a sus nietos quienes, gracias a los dichos de su madre contra el rey, no quieren verlo ni hablar con él.

Mientras Harry y Meghan transitan lo que parecería ser solamente una crisis, que tendría a la Duquesa sumamente estresada y cuidando su salud mental con un parche anti-estrés, los medios señalan a la madre de ella, Doria Ragland, como una de las causantes de la distancia entre ambos. Ahora,  Carlos III podría transformarse en otro actor principal.

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