Los hijos de Harry y Meghan ya cuentan con el título oficial de príncipes de Sussex

Después de años de reclamos y rispideces, finalmente, el príncipe Harry y Meghan Markle han ganado la batalla sobre los títulos de sus hijos: Archie y Lilibet Diana; que han pasado de ser “Master” y “Miss” a convertirse, oficialmente, en príncipes de Sussex.

Las versiones sobre este cambio comenzaron a circular cuando un vocero del matrimonio confirmó a People el bautismo de la pequeña, adjudicándole un título que hasta ese momento no tenía.

“Puedo confirmar que la princesa Lilibet Diana fue bautizada el viernes 3 de marzo por el arzobispo de Los Ángeles, el reverendo John Taylor”, dijo a la popular revista.

El cambio de títulos ya se ve reflejado en la web oficial, donde Archie y Lilibet Diana ocupan el sexto y séptimo lugar en la línea de sucesión por detrás del príncipe William, sus primos: George, Charlotte y Louis; y su padre.

Tras el fallecimiento de Isabel II y la proclamación de Carlos III como nuevo monarca, los pequeños se convirtieron automáticamente en príncipes como lo establece la orden que dictaminó el rey Jorge V en 1917, en la que se recoge que "los hijos de cualquier soberano y los hijos de los hijos del soberano tendrán en todo momento y disfrutarán del título de Alteza Real, con el título de príncipe o princesa antes de sus respectivos nombres de pila o sus títulos honoríficos".

Si bien el bautismo de Lilibet Diana fue en la más estricta intimidad y Los Ángeles, se mantuvieron varias tradiciones para no cortar los lazos con la familia real británica y para mantener la estructura de la línea de sucesión al trono. Fue por este motivo que la ahora princesa fue a bautizada en la fe anglicana, al igual que su hermano, padre y madre, que debió hacerlo antes de casarse con el príncipe.

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