Netflix: tres miniseries que son ideales para maratonear durante el fin de semana

De tan sólo 4 episodios, estas tres miniseries, ya clásicos originales de Netflix, son el plan ideal para este fin de semana, que acaba de comenzar.

Con historias atrapantes y cargadas de dramatismo, estas historias trascendieron fronteras, invitando a la reflexión a los espectadores, que encontraron en sus personajes, cargados de humanidad, puntos en común a pesar de las diferencias.

Sí, para los amantes de las historias episódicas, no hay nada mejor que una miniserie, cuya longitud la vuelve ideal para arrancar y finalizar antes de que termine el fin de semana.

Adolescencia (2025)

Jamie Miller es un chico de 13 años que es acusado de haber asesinado a su compañera de escuela, Katie Leonard. Jamie alega ser inocente, pero mientras la investigación sigue su curso, él va dejando salir una personalidad que nadie conocía y hará cuestionar a sus propios padres si ellos tuvieron la culpa del infierno por el que están pasando.

Poco ortodoxa (2020)

Basada en una novela homónima de Deborah Feldman, Poco ortodoxa narra la historia de una joven judía ortodoxa originaria de Nueva York, que decide abandonar su matrimonio arreglado y comunidad religiosa para comenzar una nueva vida en Berlín. Sin embargo, comenzar de nuevo no será tan sencillo como imaginaba.

Así nos ven (2019)

Una noche de 1989 una mujer que corría en Central Park fue asaltada, salvajemente golpeada, violada y quedó en coma. Cuando salió del coma no recordaba quién había sido su agresor. Pero la policía ya había señalado a cinco adolescentes (cuatro afroamericanos y un hispano) detenidos aquella misma noche con otro grupo de jóvenes que estaban causando desmanes por el parque. Pese a la falta de pruebas, la fiscal Linda Fairstein y la policía de Nueva York habían encontrado en ellos un chivo expiatorio. En el juicio "Los cinco de Central Park", como los bautizaría la opinión pública, fueron condenados y enviados a reformatorios, salvo Korey Wise, que por tener 16 años fue enviado a una prisión de adultos. Solo doce años más tarde el verdadero agresor confesó su crimen.