Stranger Things: repasamos el épico final de la cuarta temporada
La serie de ciencia ficción de Netflix despidió su cuarta temporada con dos episodios para el recuerdo, que dejaron la vara en lo más alto.
Luego de cinco semanas de pura espera, ansiedad y teorías, Netflix estrenó la conclusión de la cuarta temporada de Stranger Things. Tal fue la necesidad de ver los nuevos episodios, que los servidores de Netflix colapsaron por un momento ante la inmensa cantidad de personas que se agolpó en la plataforma, afortunadamente esto fue resuelto rápidamente.
Con la llegada del Volumen I los hermanos Duffer dejaron en claro que esta temporada iba a ser completamente diferente a las anteriores, desde la extendida duración de los episodios, hasta presentar más contenido para los personajes principales y poder dividir la acción sin que la historia se pierda. Otro punto importante es que cada una de sus estrellas principales demostró crecimiento, no solo en edad sino también en emociones.
Los sietes episodios dejaron armado todo el escenario para que el Volumen II con sus capítulos finales suba la apuesta con momentos épicos y obviamente desgarradores, los que seguramente harán llorar a más de uno, de la misma manera que lo hicieron en su momento Ozymandias de Breaking Bad o The Door en la sexta temporada de Game of Thrones.
La cuarta temporada dejó la vara muy en lo alto, al punto que la quinta y última temporada del show tendrá la difícil tarea de superar todo esto.
Ahora es el momento para hacer un recap de los que nos dejaron el episodio 8, “Papa” y el episodio 9, “The Piggyback”. A continuación comienzan los spoilers, si aún no has visto el final de temporada, te pedimos que regreses cuando lo hayas hecho.
El final comienza empalmando con Nancy (Natalia Dyer) siendo capturada por el “hechizo mental” de Vecna (Jamie Campbell Bower). El poderoso regente del Upside Down se da cuenta de la conexión que tiene la hermana de Mike con Eleven (Millie Bobby Brown), así que la libera como parte de su plan, así la joven Wheeler se convierte en emisaria de su existencia.
Ya de regreso en Hawkins, Nancy, Steve (Joe Keery), Robin (Maya Hawke), Eddie (Joseph Quinn), Dustin (Gaten Matarazzo), Max (Sadie Sink), Lucas (Caleb McLaughlin) y Erica (Priah Ferguson) comienzan a orquestar su plan maestro para atacar a Vecna.
Lo que no sabe el villano es que descubrieron que cuando utiliza su hechizo, su cuerpo entra en un estado de trance, por lo que está completamente indefenso. El grupo de Hawkins se arma hasta los dientes, al mejor estilo Arnold en Commando (1987), y se divide para la misión de ataque, una parte al Upside Down y otra a la mansión Creel.
Kilómetros más allá de Hawkins tenemos a Eleven, que tras ahondar en su pasado y descubrir su batalla con Henry Creel aka Experimento 001 aka Vecna, recupera sus poderes telequinéticos. El doctor Martin Brenner (Matthew Modine) le insiste a la joven que aún no está lista y en esa insistencia se revela que quería utilizar a su “hija” como una conexión con Creel en el Upside Down.
La sorpresa es interrumpida por otra sorpresa: los militares. El laboratorio secreto es atacado sin piedad, pero esta gente no contaba con la presencia del onceavo experimento. Eleven hace uso de sus renovadores poderes y regala escenas para el recuerdo.
Tras la despedida final entre Brenner y Eleven, llegan Mike (Finn Wolfhard), Will (Noah Schnapp), Jonathan (Charlie Heaton) y Argyle (Eduardo Franco). El emotivo reencuentro se ve interrumpido porque Eleven hace un sondeo de Hawkins, descubriendo los planes de Vecna y que ella es la pieza fundamental para abrir una puerta masiva entre su ciudad y el Upside Down.
En paralelo el grupo de ataque llega a la mansión Creel paralela pero la mente de colmena del villano crea una férrea protección de criaturas oscuras, incluyendo Demobats. La situación lleva a dividir a los amigos en dos, Dustin y Eddie por un lado y Steve, Nancy y Robin por el otro. En Hawkins las cosas no están para nada bien, pero Max decide utilizarse como carnada, Vecna cae en la trampa y deja su cuerpo completamente vulnerable.
Dustin y Eddie están en problemas, pero el Game Master de D&D tiene la idea justa, aunque sabe que arriesga todo. La dupla conecta la guitarra y el amp de Eddie para darle lugar a al momento más épico y doloroso de la cuarta temporada. El joven llama la atención de los Demobats al son de Master Of Puppets de Metallica (lejos la mejor canción elegida para esto), pero es herido de muerte por las criaturas aladas. Los amigos de D&D tienen una última charla antes que las lágrimas broten, ahora es Eddie un héroe ad aeternum.
La distancia imposibilita una lucha frente a frente con Vecna, por lo que Mike y compañía improvisan una piscina de aislamiento, Eleven ataca, pero desde el plano astral. La balanza se inclina para el lado de Vecna, su poder doblega a Eleven y Max. Antes de que todo se pierda, Mike declara su amor, lo que hace que Eleven no se rinda y repela al malo de turno. La heroína toma control de Mind Lair liberando a Nancy, Robin y Steve, quienes sin perder tiempo atacan el cuerpo del villano. Herido por las balas de la shotgun de Nancy y quemado por las bombas molotov, Vecna se desploma.
El precio por abatir a Vecna es caro, ya que la responsable de distraerlo muere. Eleven no va a dejar que su mejor amiga se vaya, así que con un gran esfuerzo logra que el corazón de Max vuelva a latir. Si bien Maxine vive, está en coma.
Aunque la acción esté en EEUU, no hay que olvidar al grupo de rescate en la URSS. Joyce (Winona Ryder), Hopper (David Harbour) y Murray (Brett Gelman) se las arreglan para mantenerse vivos en el gulag plagado de criaturas del Upside Down. Antes de escapar, los tres deciden acabar con todo el lugar para que la misma amenaza que azotó su pueblo, no haga lo mismo en Rusia. En esta parte tampoco faltaron los momentos épicos, como el esperado beso entre Joyce y Hopper y a un endemoniado Murray arrasando con su lanzallamas.
Volviendo a Hawkins, Steve, Nancy y Robin notan con horror que el cuerpo de Vecna desapareció. El villano no está muerto y aunque no concretara su plan maestro, logró que el Upside Down se cuele en la realidad por distintas brechas.
La victoria tiene gusto a poco para los héroes, las pérdidas fueron demasiado grandes para celebrar. Con un Hawkins sucumbiendo poco a poco a la infestación del Upside Down, tenemos la imagen final, Will sintiendo escalofríos en el cuello, lo que significa una sola cosa: los enemigos aún están del otro lado.
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