Como preparó Steve Carell el mejor papel de su carrera

Steve Carell es, quizás, la aparición más extraordinaria que ha tenido la escena estadounidense en los últimos 20 años. Más allá de su talento, el actor de 60 años no para de sorprender y superarse conforme pasan los años. 

No hay que olvidar que su primera gran aparición se dió con la serie The Office y Virgen a los 40, cuando el actor tenía justamente unos 40 años. Steve pertenece a ese grupo de actores que dieron el salto a la fama bastante más adultos que la mayoría, ya sea por no haber tenido esa pequeña cuota de suerte o porque decidieron dedicarse a la actuación pasada la juventud. 

Lo más impresionante de la carrera de quien fuera Micheal Scott es que su transición al cine dramático se dió con una naturalidad absurda. Un hombre con tanta facilidad para el humor no se quedó jamás en la zona de confort. Apenas unos años después del éxito de la serie creada por Ricky Gervais, Steve participó como el padre de la entrañable niña en Little Miss Sunshine. Era su primer acercamiento al género, aunque en este caso se trataba de una suerte de comedia dolorosa, aún no mostraba todas sus cartas. 

Fue con Foxcatcher, en la piel del malvado entrenador DuPont, con el que Carell definitivamente se ganó un lugar entre los mejores actores de la escena. Su nominación al Oscar no hizo más que confirmarlo. Sin embargo, jamás se relajó, y hace poco nos regaló su mejor actuación hasta el momento, en la serie The Patient, disponible en Star Plus.

Aquí, hace de un psicólogo que es secuestrado por un asesino, quien le dice que no lo dejará salir hasta que “lo cure”. Un drama profundo, tenebroso e impactante en el que Steve se luce como nunca. 

Por supuesto, esto no es casualidad. El actor tuvo una preparación que le demandó muchas horas de sacrificio físico y emocional. Además, su compromiso lo llevó a ponerse en el lugar del personaje a punto tal de encadenarse literalmente durante la filmación de la serie, incluso fuera de escena. Esto potenció la sensación de encierro y soledad del personaje, que muchas veces está absolutamente solo en su cárcel. 

Además, solicitó (y obtuvo) la posibilidad de experimentar con su actuación. Esta libertad creativa le permitió explorar sus emociones más crudas y no hacerlas pasar por el lado racional de nuestra mente. Por si fuera poco, el mismo actor reconoció que con su compañero de elenco, Domhnall Gleeson, tuvo una química que fue de las mejores de su carrera. 

Para quienes no han tenido la suerte de ver esta serie, no duden un segundo. No sólo se trata de una gran historia, sino de una muestra de talento sin igual del gran Steve Carell.

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