Keanu Reeves: una vida trágica, una carrera única y cómo llegó a ser el más querido de Hollywood

Moverse dentro de una industria como la de Hollywood no ha de ser tarea fácil. Ser talentoso, querido por todos y mantenerse vigente luego después de varias décadas es algo que muy pocos han logrado. Sin embargo, Keanu Reeves, uno de los grandes nombres que se puede dar el lujo de decir que es una verdadera estrella. 

Es talentoso, tiene fans que lo siguen a lo largo y ancho del universo, es querido por sus pares y cada producción en la que participa es un éxito asegurado. Sin embargo, antes de convertirse en uno de los nombres más aclamados del cine, Reeves atravesó una serie de situaciones que lo llevaron a vivir su vida de una forma muy particular. 

 

Una infancia dura, alejado de su padre y con poco sentido de pertenencia 

Aunque muchos no lo saben, Keanu Reeves nació el 2 de septiembre de 1964 en Beirut, Líbano. Su madre, Patricia Bond, una artista y decoradora de vestuario de Inglaterra, que dejó su hogar cuando era joven. Mientras que su padre, Samuel Reeves, era oriundo de Honolulu con ascendencia china y portuguesa.

Sus padres se conocieron y se casaron en Beirut cuando su madre tenía 19 años y su padre 21. Luego de que Keanu nació, llegó Kim, su hermana menor. Cuando Keanu tenía tan solo 3 años. Recién cuando tuvo 6 años volvió a verlo y la última vez que tuvo contacto con él fue a los 13.

Finalmente sus padres se divorciaran en 1966 y la madre de Keanu, que en ese momento se desempeñaba diseñadora de vestuario, decidió mudarse con sus hijos a Australia y luego a Nueva York. Allí conoció y se casó con el director de Broadway, Paul Aaron. La familia finalmente se relocalizó en Toronto, Canadá, donde Reeves pasó la mayor parte de su adolescencia.

Ya en sus años de preparatoria, el joven Keanu empezó a sentir atracción por el mundo del cine y las artes escénicas, en parte mentoreado por su padrastro. Sin embargo, esos años no fueron nada fáciles, ya que en cuestión de pocos años cambió cuatro veces de escuela. Sumado a su problema de dislexia, Keanu sentía cierta resistencia a obedecer la autoridad, lo que le ocasionó problemas en los establecimientos educativos a los que acudió, por lo que decidió abandonar la escuela.

 

El sinuoso camino a la fama

Aunque el formato tradicional de escuela no era para él, siempre sintió una gran atracción por la actuación. De hecho, en una entrevista confesó que siempre había querido ser actor. El hockey también desempeñó un gran papel en su vida. Su talento para el deporte lo colocaba como una gran promesa en el mundo del hockey sobre hielo, pero una lesión en su rodilla lo terminó enviando al banco de suplentes, dejándolo con pocas posibilidades de volver a ponerse los patines.

Pero claramente, el destino tenía otros planes para Keanu Reeves, que estaba destinado a convertirse en uno de los grandes de Hollywood. Su primeros pasos en la actuación comenzaron a la edad de 9 años. Aunque en su adolescencia tuvo algún que otro flirteo con el teatro, su saltó a la pantalla llegó a finales de los 80 cuando apareció en varios comerciales, incluyendo uno de Coca-Cola. Pero su primer rol en un largometraje llegaría en 1985 en el filme One Step Away, dirigida por Robert Fortier.

Fue recién a sus veintitantos años que Reeves comenzó a tomarse en serio el desafío de convertirse en actor. Sin ahorros y sin un plan, decidió mudarse a la ciudad de Los Ángeles. Su ex padrastro, Paul Aaron, lo ayudó a conseguir un manager y así poder encaminar su rumbo.

De a poco y con esfuerzo, su rostro comenzó a hacerse conocido en la industria. Con un rostro aniñado y apuesto, Keanu comenzó interpretando roles de adolescentes, algunos con espíritu rebelde y otros más torpes. Aún así, sabía lo que quería y no desaprovechó ninguna de las oportunidades ni los desafíos que la vida le puso en el camino.

En 1989 protagonizó Bill & Ted's Excellent Adventure, seguida de la secuela Bill & El viaje falso de Ted. Ya hacia los 90, de a poco comenzó a dejar de lado los roles adolescentes. Así fue que en 1991 le llegó Punto de quiebre (Point Break), que co-protagonizó junto a Patrick Swayze.

También aparecieron algunos títulos de bajo presupuesto como My Own Private Idaho (1991), en la que actuó junto a River Phoenix, hermano de Joaquin Phoenix. En 1992, interpretó a Jonathan Harker en la adaptación de Drácula, dirigida por Francis Ford Coppola. En dicho filme compartió pantalla con Winona Ryder, Gary Oldman y Anthony Hopkins.

 

La fama le juega una mala pasada

Poco a poco, el actor se convirtió en uno de los hombres más buscados y elogiados de Hollywood. Muchos deliraban por su atractivo y su encanto, pero su vida privada seguía siendo un misterio.

Aunque su escalada en el mundo del cine fue vertiginosa, nunca encajó en la típica descripción de celebridad. Según él, trató de mantenerse alejado del cruel vórtice de los vicios de las celebridades. Aunque admitió alguna vez haber consumido alguna que otra sustancia, la muerte de su mejor amigo y colega River Phoenix, quien murió producto de una sobredosis, lo llevó a adoptar la bandera en contra del uso de drogas.

En 1994, su carrera tuvo un giro inesperado cuando le llegó el protagónico en Máxima velocidad (Speed) junto a Sandra Bullock. La cinta de acción se convirtió en un fenómeno mundial. Junto al éxito de la película llegaron los rumores sobre su supuesta relación con su compañera de rodaje. Al parecer habían abandonado la "friend zone" para convertirse en el algo más. La química entre ambos era palpable, sin embargo, ambos aseguraron que nada sucedió entre ellos más allá de su romance en la pantalla.

Centrado y enfocado nuevamente, a Keanu le llegaron una nueva oleada de oportunidades. En 1995 protagonizó Un paseo por las nubes (Walk in the Clouds), y al año siguiente, Reacción en cadena (Chain Reaction). En 1997 se estrenó El abogado del Diablo (The Devil’s Advocate), la que co-protagonizó junto a Al Pacino y Charlize Theron.

Una vez más, los medios comenzaron a hacer circular los rumores de romance con Theron. La prensa afirmaba verlos muy "acaramelados" fuera del set de filmación, pero el dúo nunca admitió su romance fuera de las cámaras.

 

La tragedia de su vida y la película que lo salvó

En 1999, Keanu llegó al máximo de su carrera cuando obtuvo el rol principal en Matrix, la película dirigida por las hermanas Wachowski, y que sería la primera de una exitosa trilogía. A pesar de su éxito pujante y de ser uno de los actores del momento, su vida personal pegaría un vuelco inesperado.

Durante ese tiempo conoció a la mujer que cambiaría su vida. Su nombre era Jennifer Syme y trabajaba como asistente personal del director David Lynch. La pareja se conoció en una fiesta en Los Ángeles y pronto comenzaron a salir. Rápidamente se volvió la mujer más observada del planeta, ya que se había convertido en la novia oficial de Keanu Reeves.

A un año de haber iniciado su relación, Syme quedó embarazada. Aunque no se casaron, la pareja su mudó a vivir juntos y así prepararse para la llegada de su primer hijo y su vida en familia. Desafortunadamente ese día llegó demasiado pronto. La bebé anticipó su llegada y nació de forma prematura en el octavo mes. A pesar del esfuerzo, no hubo nada que los doctores pudieran hacer.

Devastados, el paso del tiempo comenzó a deteriorar la relación de la pareja, hasta que finalmente se separaron. Aún cuando ya no eran pareja, mantenía un cierto vínculo. Durante la madrugada del 2 de abril de 2001, Jennifer Syme regresaba de una fiesta cuando perdió el control del vehículo y murió en el acto.

El dolor del actor era inmenso. Con el corazón roto, se preparaba para comenzar a filmar la secuela de Matrix, pero debió tomarse un tiempo para sanar y procesar su pérdida.

Si bien nunca ha sido muy abierto sobre su vida privada, estos dolorosos acontecimientos lo hicieron replegarse aún más en su intimidad. “Gran parte de mi aprecio por la vida se debe a la pérdida. La vida es preciosa. Vale la pena", dijo en una entrevista con Parade Magazine en 2006. “El dolor cambia de forma, pero nunca termina”, reflexionó. 

 

John Wick y el merecido regreso a las pantallas

Durante un largo tiempo, Keanu se tomó un descanso de la actuación y la fama. Su regreso a la pantalla vino de la mano de 47 Ronin pero la película terminó siendo un fracaso.

Muchos creían que el éxito de la saga Matrix sería difícil de replicar para el actor, hasta que en 2014 llegó John Wick. En la cinta interpreta a un asesino a sueldo retirado y que decide volver a la acción tras la muerte de su esposa.

Las similitudes de su nuevo personaje tocaron la fibra sensible de Kenau. En una entrevista con The Guardian en 2019, el actor dijo que el dolor es uno de los pilares del personaje de John Wick, un sentimiento que resonaba en cada parte de su ser.

Además de volver a ponerse frente a las cámaras, otra forma de aliviar su dolor fue a través de la escritura. En 2009 se unió a la artista visual Alexandra Grant, con quien creó la editorial X Artists’ Books. Su colaboración también dio como fruto la publicación de un libro de poesía llamado Oda a la felicidad (Ode to Happiness), que contiene poemas escritos por Reeves e ilustraciones de Grant.

Sin duda fue el inicio de una bella amistad entre ambos, que con el paso del tiempo se convirtió en algo más. La pareja encontró la forma de mantenerse alejado de los flashes, hasta que en 2020 hicieron su primera aparición pública en una gala de cine en Los Ángeles.

Con un nuevo amor en su vida y con una carrera en la cima, una nueva oportunidad golpeó sus puertas. La propuesta no solo sorprendió al actor, sino al mundo entero. Así fue que supo que Keanu volvería a ponerse en la piel de Neo una vez más para la cuarta entrega de la saga Matrix, llamada Matrix Resurrección y que ya se encuentra en cines.

No cabe duda que Keanu Reeves es uno de esos casos atípicos en Hollywood. Su vida no ha sido nada fácil, pero a pesar de todo lo que le ha tocado vivir, se sigue mostrando con esa amable sonrisa en su rostro y esa cálida mirada que ante todo destella humildad. Un hombre que supo convertir los momentos más dolorosos de su vida en una forma de inspiración para aprovechar cada momento al máximo.

 

Para ver: ¿dónde puedes encontrar las películas del actor?

La filmografía de Keanu Reeves es muy extensa, pero por suerte algunos de sus papeles más destacados se encuentran al alcance en distintas plataformas de streaming.

Netflix:

• Dracula
• John Wick 3
• 47 ronin
• Replicas
• Street Kings
• To the bone

 

HBO Max:

• Matrix
• Matrix recargado
• Matrix revoluciones
• Constantine
• El abogado del diablo
• Alguien tiene que ceder
• La casa del lago

 

Amazon Prime Video:

• John Wick
• El abogado del Diablo