Sin novedad en el frente: un crudo y magistral relato bélico

Sin novedad en el frente: un crudo y magistral relato bélico

Una nueva versión del clásico antibélico de los años 30 llegó a Netflix. Una película asombrosa, cruda y magnífica.

Nicolás Berte

Desde que se supo que el director Edward Berger iba a estrenar para Netflix una nueva versión del clásico bélico filmado en 1930, Sin novedad en el frente, se sabía que el film no iba a pasar desapercibido. Es que esta historia, basada en la novela de Erich Maria Remarque, es uno de los clásico bélicos más recordados de la historia del cine. Además, vale aclarar que había tenido otra versión en 1979, donde Delbert Mann la dirigió para la TV. 

Y a toda expectativa la acompaña también la exigencia. Y hay que decir que la película de Berger no baja nunca la guardia. Se le podrán encontrar algunos puntos flacos, pero su despliegue y narrativa es muy precisa. 

Sin novedad en el frente comienza con una de las tantas batallas que se dieron en la Primera Guerra Mundial, un conflicto que causó unos tres millones de soldados muertos en la tristemente célebre guerra de trincheras, donde los soldados de ambos bandos se situaban frente a frente en sus trincheras y peleaban durante meses en ambientes terriblemente antihigiénicos, rodeados de ratas y frente a un terreno agujereado de bombas y cadáveres. La película no le escapa a ello, y muestra como estos cuerpos son despojados de sus uniformes, los cuales meten en bolsas, lavan y se entregan a nuevos soldados. 

Allí aparece Paul Baümer, un joven de 17 años que desea ir a la guerra, un chico que ama a su patria y quiere, como casi todos sus amigos y conocidos, defender a la patria en combate. Cuando recibe su uniforme, el mismo contiene otro nombre, a lo que el oficial le dice que seguramente le quedaba chico. Condensa así Berger lo inhumano de la guerra, nos da el primer aviso de que el frente será el lugar de la carne de cañón, y que quienes están detrás poco entienden (o prefieren no entender), lo que significa vivir en esas trincheras. 

Y allí comienza su lado más tremendo, un despliegue visual y técnico que nada tiene que envidiarles a las últimas grandes películas bélicas como 1917 de Sam Mendes. Incluso comparte con esta el uso de planos secuencias y el seguimiento del personaje mientras es rodeado por dantescos escenarios de guerra. 

Por otro lado, y volviendo al relato paralelo, la película también muestra la negociación entre jerarcas alemanes y franceses, en la negociación por terminar la guerra y darle fin a la masacre. Sin duda estas escenas se potencian cuando venimos de observar con tanta crudeza lo que sucedía en el frente.

El remake de Sin novedad en el frente está a la altura de sus anteriores versiones, resulta una magnífica obra bélica, y, si bien no es muy innovadora en sus formas, redondea una obra de gran calidad. Siendo la candidata alemana para el Oscar a Mejor Película Internacional, puede ser una de las candidatas. 

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