El clásico británico que llegó a Netflix y no te puedes perder

El clásico británico que llegó a Netflix y no te puedes perder

Simon Pegg protagoniza este subgénero dentro del buddy cop que revolucionó las salas en 2007.

Redacción QueVer

Redacción QueVer

El cine británico puede que no haya tenido un éxito constante y rotundo en el correr de la historia del séptimo arte. Pero no puede negarse que ha regalado grandes películas, sobre todo grandes comedias con el toque del humor inglés que puede ser tan propio como universal, en una paradoja que algunos han sabido explotar (imposible no recordar a los Monty Python). 

En este contexto se piensa cuando se habla del cine de Edgar Wright, el realizador británico que ha sabido construir un subgénero bastante propio dentro del cine de las comedias de acción, con un toque de absurdo que por momentos acerca su propuesta a la sátira. Y Hot Fuzz es uno de sus exponentes más precisos y por sobre todo, más exitosos de la carrera de Wright. 

Nick Frost y Simon Pegg protagonizan esta divertida comedia 

Esta película, protagonizada por el gran (y polémico) Simon Pegg y Nick Frost, y escrita por el mismo Pegg y Wright, trata sobre un eficiente policía que es llevado a un tranquilo pueblo de Inglaterra porque sus compañeros sienten que los hace quedar mal por lo bien que trabaja. Allí es colocado junto a Danny, un policía poco profesional que sueña con vivir alguna de las tantas películas de acción que añora. Lo que comienza como una buddy cop se transforma con las peculiaridades del guión de Hot Fuzz: la relación entre los policías puede ser algo clásica, pero todo el reparto llena la película de situaciones tan graciosas como insólitas. 

Así es como el famoso oficial de Londres comenzará a investigar una serie de asesinatos que en el pueblo insisten en que son solamente accidentes, ya que se trata de un pueblo absolutamente tranquilo. De esta manera, llegarán por fin las acciones violentas que tanto había deseado Danny… aunque no salgan como las esperaba. 

Hot Fuzz fue un éxito absoluto el año de su estreno, en 2007. Tanto es así que se convirtió en una suerte de película de culto, por su histriónica y original propuesta. De un presupuesto relativamente menor (8 millones de libras), recaudó casi 100 millones de dólares sólo a través de la exhibición en salas comerciales, además de haber atrapado al público con su banda sonora, que fue replicada tanto en su país de origen como en EEUU. 

Netflix ofrece entonces esta opción, un clásico absoluto del cine británico que uno no puede dejar pasar, incluso para un segundo o tercer visionado. 

Suscríbete a nuestro newsletter para recibir todas las novedades y participar de concursos exclusivos desde aquí.

Temas