La película de los 90 con una subida escena de tono que se volvió de culto

Hay películas que marcan una época o a ciertas generaciones, y aclamadas o repudiadas por la crítica, los amantes del cine terminan convirtiéndolas en filmes de culto. Eso fue precisamente lo que sucedió con Cruel Intentions, estrenada en 1999.

La cinta está basada en la novela epistolar Las amistades peligrosas, escrita por Pierre Choderlos de Laclos en 1782. La película, dirigida por Roger Kumble, es una versión moderna de este clásico de la literatura que contó con las actuaciones de Sarah Michelle Gellar, Reese Witherspoon, Ryan Phillippe y Selma Blair.

Cruel Intentions tiene todo para ser un thriller provocador con un halo de rebeldía entre sus protagonistas. La historia gira en torno a Sebastian Valmont y Kathryn Merteui, los personajes interpretados por Philippe y Gellar, dos hermanastros perversos y adinerados que disfrutan de seducir a sus compañeros de clase para luego humillarlos.

Su descarado proceder continúa hasta la aparición de la dulce e inocente Annette Hargrove (Reese Witherspoon), una joven virtuosa y honesta a quien Sebastian ve como su mayor conquista pero que finalmente saca a relucir su costado más humano. Entre celos, codicia y deseos de venganza, las mascaras de cada uno de estos personajes irá cayendo.

En su estreno, Cruel Intentions no fue un éxito arrasador de taquilla y tampoco entre la crítica especializada, pero supo despertar entre los amantes del género. El guion no es brillante, tampoco lo son las actuaciones del joven elenco, que con el correr del tiempo se convertirían en grandes estrellas. Sin embargo, la película funciona con esa chispa y ese dejo de crueldad que invade a los personajes y que los lleva a jugar y mofarse con el sufrimiento ajeno.

Tal como su nombre y premisa lo indican, Cruel Intentions está llena de momentos de gran tensión y osadía, que sin traspasar el límite de lo vulgar deja poco a la imaginación del espectador. Especialmente si se piensa en la naturaleza de las escenas entre Sebastian y Kathryn, que sacan a relucir una química electrizante entre ambos actores en la pantalla.

Sin embargo, uno de los momentos de la película que muchos recuerdan es el icónico beso entre Michelle Guellar y Selma Blair. Como ya se mencionó, Guellar da vida a Kathryn, una altanera adolescente de acomodada clase social que tiene a toda la élite de la escuela preparatoria de Manhattan a sus pies. Por su parte, Blair interpreta a Cecile Caldwell, una joven e inocente estudiante que poco entiende de las nefasta maniobras de Kathryn.

Esto lleva a la escena en cuestión, cuando ambas se encuentran en pleno Central Park, descansando sobre una manta al aire libre. Allí, Cecile le confiesa a Kathryn que no tiene experiencia a la hora de besar, a lo que Kathryn la reprende por no haber practicado con sus amigas. De pronto, Kathryn se da vuelta para mirarla y le da un beso rápido. Esto toma por sorpresa a Cecile, que se da cuenta lo fácil y placentero que puede ser. A continuación, Kathryn le explica lo que hará con su lengua y lo que es llegar a "primera base"... el resto es historia.

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