Las nadadoras: la verdadera historia detrás del éxito de Netflix

Las producciones enfocadas en historias reales siempre llaman la atención de los usuarios. Por este motivo, dentro del catálogo de Netflix nos podemos encontrar con muchas series y películas que se enfocan en personas y sucesos que ocurrieron en algún momento de la vida.

Entre todos estos títulos podemos hallar a Las nadadoras, un largometraje que se convirtió en un éxito desde el primer día de su lanzamiento. Dicha producción contó con las actuaciones estelares de Manal Issa, Nathalie Issa, Matthias Schweighöfer y Ali Suliman, quienes lograron interpretaciones convincentes que traspasaron por completo la pantalla. 

Si nunca habías oído hablar sobre este film o lo conocías, pero no le habías dado una oportunidad, a continuación te contamos la atrapante historia real que se esconde detrás de él y por qué debes verlo.

Las nadadoras y los hechos reales sobre los cuales se basa

La historia real ocurrió en 2015, cuando dos aspirantes a nadadoras llamadas Yusra y Sarah Mardini decidieron huir de la guerra que ocurría en su país. Su objetivo era obtener una nueva oportunidad en tierras europeas. Durante todo el trayecto, las jóvenes volaron a Líbano, luego a Turquía y finalmente llegaron al punto de encuentro donde traficantes debían llevarlas a Grecia a través del Mar Egeo. Sin embargo, durante dicha travesía en barco el motor dejó de funcionar y empezó a hundirse. 

Por este motivo, las hermanas no tuvieron otra opción que saltar al mar y llevar a la embarcación a la orilla junto otros refugiados. Se trató de un nado que duró un total de cuatro horas y que las dejó completamente cansadas. Todo valió la pena, ya que pudieron cumplir con su meta: salvar a todos los pasajeros. 

De esta manera, Las nadadoras de Netflix nos relata esta desgarradora e inspiradora trama. Cuando dicho suceso ocurrió hace varios años atrás, las jóvenes se convirtieron en noticia en diferentes partes del mundo. Tal es así que durante 2017, Yusra Mardini decidió mantener una charla con Vogue y revelarle detalles sobre su experiencia. “Usamos nuestras piernas y un brazo cada uno, sujetamos la cuerda con el otro y pateamos y pateamos. Las olas seguían llegando y golpeándome en el ojo. Esa fue la parte más difícil: el escozor del agua salada. Pero ¿qué íbamos a hacer? ¿Dejar que todos se ahoguen? Estábamos tirando y nadando para salvar sus vidas“, comentó. 

Luego de un exhaustivo nado y de tener muchas vidas sobre sus manos, las jóvenes lograron llegar a Lesbos. Sin embargo, es importante destacar que su travesía no finalizó allí. Junto a un grupo de refugiados, las hermanas se abrieron paso por tierra a lo largo de Europa del Este. Así lograron llegar a Alemania.  

Allí le mostraron su talento a Sven Spannekrebs, quien rápidamente vio en ellas mucha capacidad deportiva y las ayudó a obtener una residencia en dicho país. En pocos meses, Yursu comenzó a destacarse en natación y terminó siendo seleccionada para participar en el Equipo Olímpico de Atletas Refugiados en los Juegos Olímpicos de Río 2016.  

Cuando llegó a Brasil y mostró sus dotes en dicho deporte, la joven representó con mucho orgullo a los millones de refugiados que abandonaron su país en busca de una mejor vida. Mientras que ella se enfocó en el nado, Sarah decidió abandonar las competencias para dedicarse a ayudar a refugiados a través de una ONG en Grecia. 

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