Cómo la terapia ayudó a Brendan Fraser a ponerse en la piel de Charlie en The Whale

Con el Premio SAG bajo el brazo, Brendan Fraser llega a la 95° entrega de los Oscar como el gran favorito para quedarse con el galardón a Mejor Actor gracias a su aclamada labor en The Whale. Para dar vida al personaje, el actor no solo se sometió a un extenuante proceso de maquillaje, sino que también preparó su interior con terapia especializada.

Mientras estaba en proceso para meterse en la piel del personaje que definiría su carrera, asistió a varias sesiones de terapia organizadas por Obesity Action Coalition para entender la mente de una persona con obesidad mórbida.

“Los trastornos alimentarios son diabólicos, y Charlie tiene un trastorno alimentario. Tienes que tener respeto por una enfermedad, y Charlie no lo ha reconocido, no lo ha abrazado y no lo tiene en cuenta", dijo.

Sumada a la obesidad, Charlie padece una insuficiencia cardíaca congestiva lo que se convierte en su sentencia de muerte, a la que, al no poder hacer frente, intenta superar comiendo.

“No es alguien que tenga ganas de morir. Él es alguien que ha pasado por una gran cantidad de confusión emocional, y la comida como medicina es la medicina equivocada para lo que realmente lo está enfermando; eso solo está tratando de llenar el vacío del trauma, y ese trauma está representado por el tamaño del cuerpo que lleva consigo", expresó.

Y, agregó: "Él está claramente entorpecido por su cuerpo. Y cuando el cuerpo tiene un peso así, comprime los pulmones. La respiración es un gran problema para las personas con obesidad: a veces hay un estertor y un silbido en los pulmones. Así que su voz es tensa por todas esas razones, pero sobre todo por la emotividad del personaje".

La terapia fue clave para que Brendan Fraser pudiera dar con las herramientas necesarias para construir al personaje como así también lo fueron las prótesis que maquillaje preparó para él y que simulaban una fisonomía de más de 300 kilos.

Era tal el calor que todo aquello le generaba que, entre toma y toma, debía cubrirse en hielo para soportar el calor que, debido a todo lo que llevaba encima, era muy superior al que se sentía en el ambiente.

Además, debajo de todas las capas de silicona, que se creaba de cero para cada día de filmación, llevaba una especie de refrigerante para mantenerlo a temperatura.

"Usamos un traje para enfriar similar al que usan los corredores de autos. Tienen tubos que se cruzan y distribuyen agua helada sobre todo el cuerpo. Conseguir la temperatura correcta fue un desafío", dijo.

Era tal el calor que Fraser podía llegar a derretir hasta ocho bolsas de hielo de “las que se compran en las gasolineras” y que el equipo de maquillaje destinaba para el actor.

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