Netflix estrena Sirenas, la nueva miniserie de 5 episodios con Julianne Moore a la cabeza
La nueva miniserie de Netflix narra una historia de puro caos emocional, secretos, misterio y ricos extravagantes.
La combinación de indagar en la vida de los ricos, con un toque de drama familiar y un poco de crítica social, se ha convertido en una especie de fórmula infalible entre las recientes producciones de streaming. Desde el suceso de The White Lotus, a otros más recientes como Nueve perfectos desconocidos o La pareja perfecta.
Ahora Netflix acaba de estrenar una nueva miniserie que se suma al club de los melodramas de gente adinerada y con poca vergüenza. Hablamos de Sirenas, la nueva apuesta original de la plataforma, protagonizada por Julianne Moore, Meghann Fahy, Milly Alcock y Kevin Bacon. Y sí, cumple con todos los requisitos del género: ambientes costeros soñados, relaciones tóxicas, secretos que salen a la luz y personajes tan excesivos como atrapantes.
Sirenas nace de la mente de Molly Smith Metzler, creadora de Las cosas por limpiar, y se basa en una obra de teatro que escribió en 2011. Pero lejos de adoptar un tono sobrio y realista, la producción de Netflix se decanta más por el melodrama con toques de sátira, alguna que otra situación cómica y mucho caos de por medio. ¿Funciona? De a ratos sí, otros no tanto.
¿De qué trata Sirenas, la nueva serie de Netflix?
La protagonista es Devon, interpretada por Meghann Fahy. Devon es una mujer del montón, de Buffalo, que arranca la historia saliendo de la cárcel por conducir alcoholizada. Al volver a casa, se encuentra con una cesta de frutas en la puerta, un presente enviado por su hermana menor Simone, interpretada por Milly Alcock. Como si eso fuera suficiente para compensar que la dejó sola cuidando a su padre con demencia, Devon encara un viaje de 17 horas para encontrar a Simone y así traerla de regreso.
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Sin embargo, lo que encontrará allí parece salido de una película. Su hermana menor se ha convertido en la asistente personal de Michaela Kell (Julianne Moore), una excéntrica millonaria a la que su círculo de confianza llama Kiki, y vive rodeada de empleados obedientes que hablan a sus espaldas, halcones entrenados y un aire permanente de culto encubierto. Michaela, con sus vestidos largos y su tono cordial pero autoritario. Una especie de gurú espiritual y narcisista, pero que esconde mucho más de lo que aparenta.
La llegada de Devon al lugar pronto se torna inoportuna. Mientras se ultiman detalles para una importante gala, la presencia de Devon trastorna a Simone, exponiéndola frente a su jefa y sacando a la luz un costado de su asistente que Kiki ni conocía.
Al igual que otras series recientes, Sirenas no escatima en sutilezas. Hay acusaciones de asesinato, hay secretos que de a poco comienzan a salir a la luz, romances encubiertos, y algunos temas más profundos como traumas infantiles, depresión, suicidio y mucho drama familiar, a los cuales se les da poco desarrollo.
A lo largo de sus 5 episodios, la miniserie de Netflix mantiene enganchado con su estilo onírico, con un misterio que no sabemos bien hacia dónde conduce, y con una atmósfera de tensión constante. Esto funciona y es lo que engancha desde su primer episodio. Sin embargo, a medida que la trama avanza, la serie sufre algunos problemas de identidad y empieza a tambalearse por su propio peso, queriendo ser muchas cosas en simultáneo. Por momentos es un drama, por momentos un melodrama, por otros un thriller de misterio, y de a ratos introduce algún que otro momento cómico, que va más por el lado de la sátira que por la risa fácil.
Tráiler de Sirenas:
Quizás el mayor encanto de la ficción está en sus personajes, muy bien interpretados por las tres actrices principales. Fahy, que viene escalando desde su aparición en la segunda temporada de The White Lotus, logra que Devon sea una figura trágica y divertida al mismo tiempo. Es una mujer rota que dio todo por su familia y solo recibió desprecio a cambio. Simone, en cambio, es más difícil de querer, atrapada entre la necesidad de ser querida y la fascinación por una figura materna tan falsa como poderosa. Y Michaela, interpretada por una sólida Julianne Moore, es un personaje fácil de odiar por el que terminamos sintiendo lástima al final.
En definitiva, Sirenas es una miniserie que seguramente te va a enganchar desde un principio, con su intriga, su escenario de lujo y sus personajes tan extravagantes como dañados. Pero esa fascinación inicial se diluye con un final precipitado y una resolución un tanto anticlimática que se siente un tanto simple.
Los 5 capítulos de la serie ya se encuentran disponibles en Netflix.