El motivo por el cual Winona Ryder odió trabajar con Gary Oldman

El motivo por el cual Winona Ryder odió trabajar con Gary Oldman

Winona Ryder y Gary Oldman protagonizaron una de las películas más importantes de la historia del cine. Y aunque en pantalla demostraron tener un química excepcional, lo cierto es que cuando las cámaras se apagaban, ocurría todo lo contrario.

Redacción QueVer

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Consolidado como uno de los grandes directores de cine con éxitos como la trilogía de El Padrino o Apocalypse Now, Francis Ford Coppola comenzó a trabajar en un nuevo proyecto. Fue así que en 1992, estrenó Drácula, de Bram Stoker, una adaptación de la novela escrita en 1897.

El filme estuvo encabezado por un elenco que contaba con figuras como Gary Oldman, Winona Ryder, Keanu Reeves, Anthony Hopkins, entre otros. En cuanto a su historia, esta se centra en el Conde Drácula, quien cuatrocientos años después del suicidio de su amada, decide viajar a Londres para conocer y conquistar a Mina, quien parece ser su viva reencarnación.

A pesar de que en un principio se cuestionó la fidelidad hacia la novela, Drácula, de Bram Stoker se convirtió en un éxito. No solo por sus actuaciones, sino por su ambientación, banda sonora, dirección e historia, pues a pesar de mostrar una gran diferencia con el libro, logró convertirse en una de las adaptaciones más fieles de la novela. Además, la química entre Gary Oldman y Winona Ryder cautivó a todo el mundo.

Winona Ryder y Gary Oldman protagonizaron un intenso romance en pantalla.

Y aunque parezca mentira, aquella química existente entre los actores fue pura actuación, pues en la vida real, la relación entre ambos era muy mala, a tal punto de que la actriz de Stranger Things consideraba al actor como “un peligro” en el set.

Winona Ryder fue la encargada de interpretar a Mina / Elisabeta, mientras que Gary Oldman se colocó en la piel del Conde Drácula. Por este motivo, los actores debieron compartir mucho tiempo en el set y debieron filmar muchas escenas, incluso románticas. Pero las cosas no salieron del todo bien, pues sus diferentes personalidades y estilos de trabajo interfirieron, haciendo que los actores no pudieran ni verse a la cara.

El principal motivo cayó en el hecho de que Gary Oldman ejerció la actuación de método. Por lo que, cuando las cámaras no estaban rodando, el actor seguía metido en el personaje de Drácula, haciendo imposible que la actriz u otros compañeros de reparto pudieran relacionarse con él. Por otro lado, la actriz optó por un estilo de trabajo mucho más ligero.

Lo cierto es que Gary Oldman no había sido la primera opción para protagonizar el filme. Coppola había pensado en otros actores como Daniel Day-Lewis o Antonio Banderas, pero debido a los problemas de agenda de estos, optó por contratar a Oldman. Al principio, la relación de este con Winona había empezado bien, o al menos así lo recordó la actriz. “Antes de la película, pasábamos el rato juntos, durante los ensayos y ese tipo de cosas. Pero cuando empezamos a grabar no fue lo mismo. No sé por qué” confesó la actriz.

Gary Oldman y Winona Ryder junto a Sadie Frost en la premiere de la película.

Francis Ford Coppola tampoco encontró una explicación para esta repentina mala relación entre los actores. “Se llevaban bien, y de repente un día no lo hicieron. No lo hicieron para nada. Ninguno de nosotros sabía que había pasado” agregó el cineasta. Y era tal el disgusto que sentía Ryder por Gary Oldman, que el director tuvo que convencerla que, a la hora de filmar escenas juntos, imaginara que era otra persona.

Debido a todo esto, para la actriz fue todo una tortura llevar a cabo la película. Aún así, hay muchas cosas que logra rescatar de la misma, una de ellas es su amistad con Keanu Reeves. En el filme, el actor se puso en la piel de Jonathan Harker, un abogado y esposo de Mina que debe viajar a Transilvania para hacerle firmar unos documentos al Conde Drácula. Ryder y Reeves se volvieron mejores amigos y fue el actor quien le traía alivio a la actriz luego de largas jornadas trabajando junto a Oldman.

Una vez que finalizó el rodaje, cada uno volvió a su vida, y Winona Ryder nunca más volvió a trabajar con Gary Oldman. Aún así, ambos se mostraron muy profesionales durante la gira promocional del filme, posando juntos y otorgando entrevistas a pesar de la latente enemistad que había surgido entre ambos. Pero todo parecería indicar que dejaron sus diferencias en el pasado, pues en 2018, durante los premios SAG, todo el mundo pudo ser testigo del abrazo y momento de afecto que vivieron los actores.

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