Madres paralelas: lo bueno y lo malo de la última película de Pedro Almodóvar

Madres paralelas: lo bueno y lo malo de la última película de Pedro Almodóvar

Madres Paralelas, la última obra del icónico director español se encuentra disponible en Netflix.

Redacción QueVer

Redacción QueVer

Es difícil pasar de largo por las películas de Pedro Almodóvar. Definitivamente es un director que va a quedar grabado en la historia del cine. No sólo por las películas que ya realizó y el éxito que significaron, sino sobre todo porque, como el genio que es, no se queda de brazos cruzados y continúa en la búsqueda de nuevos límites.

El director español comenzó con un cine excéntrico, maximalista y extrovertido. Sus personajes, sus paletas de colores, las situaciones límites, hasta el código actoral marcaba el estilo del primer Almodóvar. Pero ha ido mutando, a pasos lentos, hasta una interiorización sublime, siendo capaz de explorar su pasado en una película excelente como es Dolor y Gloria, su anterior film, estrenado en 2019. 

Penélope Cruz y Milena Smit, las protagonistas del filme 

Madres Paralelas narra la historia de dos mujeres, Janis y Ana, que coinciden en la habitación de un hospital donde van a dar a luz. Las dos son solteras y quedaron embarazadas accidentalmente, aunque hay una diferencia: Janis, de mediana edad, está feliz por su maternidad, la otra, Ana, es una adolescente y está asustada, arrepentida y traumatizada. Janis la acompaña en el proceso e intenta mostrarle el lado positivo, sin saber que esa conexión, tan profunda como corta, afectará sus vidas. 

Vuelve Almodóvar al personaje femenino como protagonista principal, tras ser Antonio Banderas su alter-ego en Dolor y Gloria. Y vuelve, como siempre a darle una mirada feminista, quizás un énfasis que exagera en algunos pasajes (la remera de Penélope Cruz que reza: “Todos deberíamos ser feministas”). Pero Pedro incursiona también en la política. Janis es una fotógrafa de moda que está intentando conseguir el permiso para desenterrar a su abuelo, que ha sido sepultado en una fosa común durante la Guerra Civil española.

Aquí la crítica, sutil y precisa hacia un momento oscuro de la historia española logra unir la situación de la maternidad con la de su abuelo, ya que Janis comienza a sospechar que su hijo no es su hijo, ya que no tiene parecidos físicos a ella ni a su padre. La búsqueda de identidad e identificación de su abuelo, el reconocimiento de quién fue y cómo murió, se hace análogo a la búsqueda de Janis sobre la identidad del niño. En el medio, por supuesto, todo lo complejo que puede resultar para una madre enfrentarse a esa realidad. Aquí hay otro punto a favor de Almodóvar: sus personajes no son héroes impolutos e inequívocos, más bien al contrario. Los muestra con fragilidades y grietas. O sea, los muestra humanos. 

Párrafo aparte el trabajo visual de la película, una sutil de fotografía y el uso del contraste de color en algunas escenas clave (en general usa paletas muy equilibradas), que denotan la obsesión y el control total de la puesta en escena de Pedro Almodóvar.

El contraste de color escribe su mensaje en escenas como esta

Madres Paralelas es una película imperdible, como casi toda la filmografía del español. Logrará cautivarte con la historia, emocionarnos con la actuación de Penélope Cruz y cuestionarnos aspectos profundos de las personas en situaciones de crisis. Algunos han tenido críticas sobre su contenido político, pero para nada es un aspecto que le pueda bajar el pulgar a otra demostración de maestría del manchego. 


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