Tres películas de Alfred Hitchcock que son ideales para cerrar la semana
El director británico cuenta con una extensa y prolífica filmografía centrada en el terror, aunque algunas de sus producciones tenían al amor como eje y éstas son nuestras elegidas para hoy. Estos tres clásicos prueban que no se necesitan grandes efectos para traspasar la pantalla con una historia.
Hablar de Alfred Hitchcock es hablar de suspenso y terror, aunque la filmografía del británico va mucho más allá de eso. Con una maestría única para contar historias incómodas, el director tiene algunos títulos en su haber donde el amor es el eje central y es aquí donde pondremos hoy el foco.
Si bien las películas románticas no eran su fuerte, hay tres producciones de su autoría que cuenta historias apasionadas a la luz del suspenso, dando con un combo totalmente novedoso para la época y, que hoy, hacen que estos títulos, por más de no ser los más reconocidos de Hitchcock, no pierdan vigencia.
Rebeca, una mujer inolvidable (1940)
Al poco tiempo de perder a su esposa Rebeca, el aristócrata inglés Maxim De Winter (Laurence Olivier) conoce en Montecarlo a una joven humilde, dama de compañía de una señora americana. De Winter y la joven se casan y se van a vivir a Inglaterra, a la mansión de Manderley, residencia habitual de Maxim. La nueva señora De Winter (Joan Fontaine) se da cuenta muy pronto de que todo allí está impregnado del recuerdo de Rebeca.
Encadenados (1946)
Tras la Segunda Guerra Mundial, el padre de Alicia Huberman (Ingrid Bergman), un espía nazi, es condenado por traición contra los Estados Unidos. Después del juicio, Alicia da una fiesta en la que aparece un apuesto desconocido llamado Devlin (Cary Grant). Se trata de un agente de los servicios de Inteligencia que reclama su colaboración para atrapar a Alexander Sebastian, el cerebro de los nazis en Brasil. Al principio se muestra reacia, pero finalmente accede, sobre todo, porque se ha enamorado del atractivo agente americano. Una vez en Brasil, Alicia se gana la simpatía de Sebastian y se va a vivir a su casa. Pero su implicación en el asunto acaba poniendo en peligro su vida.
Vértigo (1958)
Scottie Fergusson (James Stewart) es un detective de la policía de San Francisco que padece de vértigo. Cuando un compañero cae al vacío desde una cornisa mientras persiguen a un delincuente, Scottie decide retirarse. Gavin Elster (Tom Helmore), un viejo amigo del colegio, lo contrata para un caso aparentemente muy simple: que vigile a su esposa Madeleine (Kim Novak), una bella mujer que está obsesionada con su pasado.
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