Cuál era el método que utilizaba Marilyn Monroe para elegir a los directores con los que trabajaba
Si bien la actriz tenía fama de ser complicada a la hora de rodar, tenía muy en claro con la clase de realizadores con los que se sentía cómoda. Con una evidente falta de confianza en su propio talento, la actriz necesitaba figuras casi paternales que la acompañaran y lograrán sacar su potencial.
Sin la figura de Marilyn Monroe, el cine clásico no sería lo mismo, debido a la importancia que la actriz tuvo durante la época dorada de Hollywood y lo que su sola presencia generaba.
Conocedora del gran poder que tenía en la industria, pese a que sus rodajes distaran mucho de lo que generaba en el público; la actriz tenía muy en claro el tipo de directores con los que le gustaba trabajar pero no fue hasta casarse con Arthur Miller en 1956, cuando se animó a hacer oír su voz y decidir, por ella misma, con quién si quería trabajar.
Entre los elegidos de Monroe se encontraban Billy Wilder, John Huston, Joe Mankiewicz, Elia Kazan, Vittorio De Sica, George Cukor, Willie Wyler, Alfred Hitchcock y David Lean, hermanados todos por la calidad y la excelencia presente en sus producciones, algo que la propia Marilyn Monroe buscaba desesperadamente en los proyectos en los que embarcaba.
Si de algo estaba segura la actriz era de que necesitaba a un gran director al frente para poder sacar todo su potencial que, muchas veces, quedaba totalmente opacada por su errante accionar en el set donde obligaba a los equipos a repetir varias veces una misma toma o, incluso, llegaba tarde retrasando no sólo la jornada sino también proyectos completos.
"Resultaba complicado trabajar con ella, pero cuando uno veía en la pantalla el resultado que había conseguido, por las buenas o por las malas, se quedaba asombrado. Era asombroso lo que irradiaba. Aunque no parezca, era una excelente actriz de diálogo. Sabía dónde iban las risas. A cambio, claro está, teníamos trescientos extras", dijo Billy Wilder tras dirigirla en la inolvidable comedia Some Like It Hot.
Totalmente opuesto a lo que opinaba su colega, Joe Mankiewicz, quien dirigió a Monroe en All About Eve, expresó: “Marilyn tenía algo indefinible. No creo que supiera actuar, ni bailar, ni caminar y estoy seguro de que no sabía hablar, pero no hay nada mejor para convertirse en una estrella”.
Más allá de las opiniones lo único seguro es que Marilyn Monroe tenía muy en claro sus realizadores predilectos y comprendía que, al no tener un gran talento, necesitaba de un director con peso propio para sacar lo mejor de ella y llevarlo a la pantalla.