3 novelas mexicanas para disfrutar a Enrique Rocha como villano

Hace unos días atrás el mundo del espectáculo se paralizó cuando la noticia sobre el fallecimiento de Enrique Rocha inundó todos los portales de noticias. Si bien él siempre se encargó de interpretar a los villanos más malvados de la televisión, supo ganarse el corazón del público mexicano.

Desde muy joven, sin haberlo planeado, comenzó su carrera en la televisión mexicana. En total apareció en los créditos de más de 38 telenovelas y 30 películas, entre las que se encuentran: El libro de la selva (2016), Mejor que nunca (2008), Serafín: la película (2001) y Mujeres infieles (1995).

Dos mujeres, un camino

Ismael Montegarza, el temido villano de la novela Dos mujeres, un camino, fue uno de los personajes que lo consagró como un gran villano al inicio de su carrera. En esta tira de 1993 culpó a Johnny, caracterizado por Erik Estrada, de haber matado a su hijo mayor, Bernardo, en un accidente.

Tras la muerte de su esposa, se une junto a sus hijos, Ricardo y Alejandra, para vengarse de Johnny. El gran problema es que él no fue el culpable, sino Alejandra, que intentó matarlo tras enterarse que estaba enamorado de otra mujer que no era ella.

Yo compro esa mujer

Se trató de una telenovela de época basada en el El conde de Montecristo. Cuando comenzó a ser emitida en 1990 resultó ser todo un éxito, no solo por el reparto, que lo conforman actores como Eduardo Palomo, Alma Muriel y Luz María Jerez. Sino por la gran interpretación de Eduardo Rocha, quien demostró que su personaje Rodrigo Montes de Oca era capaz de hacer cualquier cosa cegado por el despecho y el rechazo de la mujer a la que amaba.

Una historia atrapante que presenta un triángulo amoroso entre el villano que está enamorado de la hermana de Matilde y Matilde que está enamorada de Rodrigo Montes de Oca.

Rebelde

En este éxito del 2004 se encargó de darle vida a León Bustamante, un importante político mexicano padre de Diego Bustamante, Christopher Von Uckermann. Durante la historia le hace creer a su hijo que su madre se alejó y los abandonó, aunque en realidad fue él el que se encargó que ella desapareciera del mapa.

Enrique Rocha dejó un legado que va a ser muy difícil de superar. Lo continuaremos recordando a través de todos sus trabajos y disfrutando de sus mejores interpretaciones.